Lucía Manrique Manrique • Diseño gráfico e ilustración • Bogotá D.C. – Colombia. ® Todos los derechos reservados
Libro – Ronole “Bailarín del Color” Paquete de Lujo
Te invitamos a conocer esta historia que, con ritmo poético, en estrofas de cuatro versos, durante 80 páginas va volando y atravesando diferentes vientos. Finalmente se ha materializado “Ronole. Bailarín del color”. Este es un libro ilustrado completamente por Miss Octopus.
1 Unidades Vendidas
El paquete de lujo incluye:
1. Libro firmado por escritor e ilustradora, puede ir con pequeña dedicatoria.
2. Un afiche impreso full color en alta calidad en papel ecosostenible.
3. Un separador de libros impreso en alta calidad.
4. Un pin impreso a full color en resina de Ronole.
5. Caja de colores o caja de crayolas ( A decisión del cliente).
6. 3 hojas para colorear los personajes de Ronole.
7. Una hoja de stickers de colección de los personajes y el universo de Ronole.
8. Todo empacado en una bolsa de tela reutilizable.
“Ronole. Bailarín del color” Es una historia de un niño y un colibrí. Un colibrí, que como todo ser fantástico tiene el don de ver y encontrar la belleza para la vida en la naturaleza que descubren en un maravilloso viaje. Como aventureros, el niño y el pájaro recorren la geografía, descubren los colores, las mezclas, las formas para llenar de vida y color la tristeza de los demás niños.
Una historia que nos transporta al mundo de la imaginación y del asombro, de descubrir la creación y la capacidad de maravillarse. Dos cómplices que crean e inventan, hace de su mundo un gran paisaje que, junto con matachines, flores, animales entonan los cantos para aquellos niños que quieran sonreír.
Un texto que sirve para los talleres, cursos y demás actividades que promuevan la lectura, no importa la edad, pues el color y la fantasía no tiene tiempos, existe al lado del color y a cada instante se transforma, ya sea en los labios, en las plumas, en las manos o en el juego de los niños o de todo aquel ser, que, como un colibrí, no para de mover sus alas y de llevar entre sus plumas la iridiscencia del color.
Hay que dejar que la imaginación monte en el colibrí y que su corazón se acompase en el ritmo del poema como en la belleza de las ilustraciones que le acompañan para poder entrar a ese cuadro que día a día, un colibrí llamado Ronole y un niño inventan un hermoso paisaje.
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